ESTIGMADA SEÑORA TOMASSINI
De nuestra mayor consideración:
Sabe usted, a esta altura de las ficciones inconclusas, que convocar escritores del universo fabulario a una presentación pública conduce necesariamente a un acto fraudulento. “Mi mundo no es de este reino” significa, para nosotros, mucho más que un juego de palabras. Pero usted quiere que abandonemos el lugar de existencia; quiere llevarnos de las premisas a las misas.
Usted quiere, estigmada señora Tomassini, un Acto de Teatro de Cuentos.
Entonces será que la Comisión de Mitómanos de la Biblioteca Fabularia transcribirá hacia vuestros dominios a uno de sus Macedonios. Y si en algún tiempo del tiempo será dado este accidente, ante usted y sus respetables compañías, habrá un Macedonio contando:
Un Macedonio prescribió que “abandonar el lugar de existencia significa, en primer término, fugarse de la realidad. La idea no es original ni concluyente; define apenas una marca de costumbre pues al fin, los inconclusos, encadenados a la excusa de las ciudades, nos consolamos con la evasión en la escritura. Afirmamos que escribir es, en primer término, huir de la realidad. Y esto, si quiere, sólo lo decimos para decir algo.
Luego, y así como en todo mapa existe un sitio que no pertenece a este mundo, en toda escritura se desdobla un sendero que conduce a palabras que jamás podremos hallar”.
Otro Macedonio vislumbró en el pasado de la Eterna: “Todo se ha escrito, todo se ha dicho, todo se ha hecho, oyó Dios que le decían y aún no había creado el mundo, todavía no había nada. También eso ya me lo han dicho, repuso quizá desde la vieja, hendida Nada. Y comenzó.
Una frase de música del pueblo me cantó una rumana y luego la he hallado diez veces en distintas obras y autores de los últimos cuatrocientos años. Es indudable que las cosas no comienzan; o no comienzan cuando se las inventa. O el mundo fue inventado antiguo”.
Atentamente, Comisión de Mitómanos de la Biblioteca Fabularia.
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